no dejo de preguntarme
si alguna vez paso por tu mente
si no has dejado de amarme.
Ya no espero a que se vaya la luz
para así poder soñar contigo
y despierto vuelvo a sentir
que sigues siendo mi abrigo.
Los recuerdos me invaden
y con nostalgia los revivo
una y otra vez
hasta que los sueños, se los llevan consigo.
Pero esto ya es habitual
en esta continua soledad
a la que no puedo ocultar
mi corazón sumido en una gran oscuridad.
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