martes, 4 de octubre de 2011

llanto

De mi menete emanan
dulces y tristes recuerdos,
sueños que se han cumplido
y unos cuantos sueños rotos,
ilusiones y promesas,
recordando así
las veces que he caído.

La tarde es lluviosa y fría,
tanto, que provoca tristeza,
En ese momento anhelo con osadía
tener tu cuerpo a mi lado,
tu mano entumecida junto a la mía.

Es en ese momento
donde percibo aquel aroma
que desde hace días
no me deja dormir,
es ese aroma fétido y fúnebre
que mana de mi corazón
y que poco a poco me agota.

Ese es el aroma del dolor,
de lagrimas no derramadas
de palabras no proferidas
de noches sin un amanecer,
es el aroma de un mal esplendor.

Y me agota más
al momento que arriva tu recuerdo,
cuando llega esa imagen del final
el dolor se vuelve algo criminal.

Las lagrimas son inevitables
pero es la mejor forma de sacar
todas aquellas cosas
que son irremediables.

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