miércoles, 2 de junio de 2010

La fuente de Sangre

Diríase que mi sangre a veces corre en ondas
lo mismo que una fuente de rítmicos sollozos.
Yo la escucho fluir con un largo murmullo
pero en vano me toco para encontrar la herida.

A través de la urbe, corno en un campo hermético
marcha convirtiendo las piedras en islotes,
apagando la sed de cada criatura
y tiñendo de rojo a la naturaleza.

Con frecuencia pedí a los vinos capciosos
que embotaran un día el terror que me agota
¡el vino aclara el ojo y agudiza el oído!

¡En el amor busqué el sueño del olvido;
el amor para mí es un filo punzante
para dar de beber a esas hembras crueles!

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